Casi todos los rápeles son en rampa y prácticamente ninguna caída en vertical.
El barranco en sí no tiene nada de extraordinario (desde mi punto de vista, no sé si con más agua....). Personalmente lo más bonito es una vez que se sale del mismo y se echa la vista hacia atrás, el paisaje que se ve.
Entramos con el coche por el Valle de Abdalajís y salimos por los pantanos de El Chorro, que estaban rebosantes de agua.
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