Barranco muy bonito, muy vertical (la entrada y la salida son los únicos tramos horizontales que hay) e incluso en 2 o 3 rápeles según vas recuperando cuerda puedes ir instalando el siguiente.
VÍDEO
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Para empezar habíamos dejado el permiso en el coche porque Pedro había leído que debía quedarse allí en sitio visible. Al llegar al río nos encontramos con una pareja de agentes forestales que nos piden la autorización por lo que Manolo se ofrece a subir corriendo a por ella.
Solucionado el primer escollo hacemos el camino más o menos destrangis y conseguimos llegar a la instalación del 1er rápel (si no se quiere hacer un comprometido destrepe). Ahí Pedro se da cuenta de que se le ha caído la cuerda naranja en el camino. Se vuelven él y Manolo y después de 3/4 de hora más o menos aparecen con la escurridiza cuerda.
Espejo, espejito....
El barranco va transcurriendo normalmente hasta que después de bajar el rápel de la cueva me doy cuenta de que me he bajado sin mi petate que tenía las llaves del coche, los móviles, las carteras, los dineros, etc. Ahora tocaba salir del barranco y volver a hacerlo para recuperar el petate aunque Manolo, como ya ocurriera en Espantaperros, se ofrece en misión suicida para recuperarlo.
Pedro y Manolo en la mini cueva
Ahí voy yo con 2 COJONES..... pero sin el petate en la espalda.
La cara que se les quedó cuando se enteraron de que el petate se había quedado arriba.
Bueno pues los siguiente fue hacer el barranco de nuevo pero decidimos hacerlo sólo entre dos para aligerar: un servidor que era el causante del problema y Manolo que generosamente se ofrece (y van ya 3 veces en el día) a acompañarme.
Volvemos al punto de partida, es decir la salida del barranco después de 2 horas y media, en plan máquina.
En el tema gastronómico: desayunamos en el Capricho, muy bien. La comida-cena: Manolo en la boda que tenía, que por muy poco no llega y el resto en el Mc Donalds de la Cala.
Teníamos muchas ganas de haber comido en El Capricho pero con tanto retraso nos fue imposible. Menos mal que no vino José Luis, porque si no el chasco hubiese sido monumental: haber hecho el barranco y no haber comido en el Capricho.....
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